El nombre real de este café es kopi Tuak, su precio asciende hasta los $75 dólares por taza en el mercado estadounidense y es el café más caro del mundo.
Este café es especial porque aunque cueste creerlo, se obtienen de granos ingeridos por unos mamíferos llamados civetas, estos pasan por su tracto intestinal y son expulsados entre sus heces, de donde después son recolectados.
Este animal es una especie de gato que se encuentra en el sudeste asiático y el África subsahariana, posee marcas en la cara como un mapache, una larga cola y rayas que recorren su lomo, desde la cabeza hasta su cola.
El proceso es sencillo, los civetas se alimentan con frutos maduros de café y expulsan el grano parcialmente digerido. Las semillas se recogen manualmente de las heces, se seleccionan y limpian cuidadosamente, y se tuestan como cualquier otro grano de café.
El resultado: llega a comprarse por cientos de dolares el kilo, sobre todo en Japón y Estados Unidos.
¿Y las civetas?
Al inicio lo valioso del producto garantizaba alimento para estos animales y brindaba beneficios para los productores chicos, sin embargo, el negocio comenzó a crecer y ahora países como Indonesia y Filipinas, tienen granjas ilegales de civetas que se encuentran confinadas en jaulas con plantaciones de café.
Las condiciones del cautiverio no son buenas, existe insalubridad, poco espacio e irónicamente problemas de alimentación, pues como es de suponer, a estos animales les alimentan únicamente con café, cuando en realidad naturalmente son carnívoros.
No hay forma de saber, si una taza de kopi Tuak proviene de un animal salvaje o uno enjaulado, pero lo cierto, es que alrededor del mundo muchos activistas sentencian que evitarlo es ayudar a que un animal sea liberado.