Rafael Ramos Es interesante, que muchas veces cuando pensamos en el amor, pensamos en algo que debe ser espontáneo, natural, mágico, lo cual está bien, es parte del proceso.
Pero la magia que se acompaña de una buena visión de la realidad genera grandes satisfacciones, en caso contrario el pronóstico es reservado.
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Sí, es válido poner requisitos en el amor, muchos, pero tienen que ser requisitos sensatos y prudentes, que nazcan con una orientación a buscar satisfacción, no poner parches a los conflictos emocionales internos que no hemos podido resolver, por tanto, algunos requisitos importantes son:
- Afinidad en gustos y preferencias.
- Una clara convicción de parte de ambos por el compromiso.
- Madurez para administrar los conflictos.
- Capacidad de diálogo para que las cosas puedan fluir.
- Apertura a la sana crítica que nos haga crecer.
- Finanzas estables para darle cuerpo a la relación.
- Actitudes positivas que contribuyen a fortalecer nuestros vínculos.
- Por supuesto, la atracción física suma.
- Debe haber mucha cercanía entre los valores de cada uno.
- Propiciar una comunicación que les permita establecer planes.
- Sentido de responsabilidad con la relación.
- Capacidad de darse tiempo, pues una relación sin tiempo se muere.
- Cercanía emocional para evitar distancias y silencios absurdos.
Todo esto suma para bien, pero fundamentalmente un requisito universal es que ambos tengan la convicción de estar en una relación sin dudas, contradicciones y ambivalencias.
- Una relación que se fragua en la incertidumbre, es un amor que se muere prontamente.
- Una relación que se fragua sin estabilidad emocional, produce una historia cargada de fluctuaciones sin sentido.
- Una relación que se construye sin comunicación, es un proyecto muerto
Por tanto, más allá de la atracción, el gusto y las preferencias personales, tener requisitos sanos, desde las primeras etapas, ponerlos sobre la mesa, analizarlos y asumirlos por parte de los dos, es un elemento esencial, para hacer una sana elección e iniciar una relación.
El amor no es un proceso mágico, la magia del amor está en la convicción y la madurez para poder establecer una relación que se sostenga y se mantenga en el compromiso de dos personas, que todos los días en su relación trabajan por construir un proyecto de realización.
Dr. Rafael Ramos A.
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