10 errores frecuentes cuando el sexo se usa para la reconciliación.

En toda historia de pareja, tenemos una realidad, existen las diferencias y los desacuerdos, que cultivan, a la par del deseo y la atracción, un conjunto importante de emociones, que a veces nos llevan a perder el sentido de realización en una relación.

Es normal pensar que todo se va a resolver, que todo va a pasar, es parte de lo que nos toca vivir, pero no necesariamente es así, quisiera pensar que los problemas no son una realidad, sino una situación que tenemos que enfrentar para fortalecer y madurar nuestras relaciones.

No obstante, el deseo, la pasión, la sensualidad y el erotismo, muchas veces se ven apocados, cuando la curva de problemas crea tal nivel de tensión que se vive en una eterna complicación, no hay pasión que aguante a la complicación constante.

Un grupo importante de parejas, suele utilizar el sexo para la reconciliación en la cama, como el centro resolución de los problemas, puede que en algunos momentos esto sirva, pero si se abusa de este método, resolver a través del sexo, es posible que, a mediano o largo plazo, tenga un efecto negativo, que termine afectando nuestra vida sexual.

Los problemas deben resolverse de frente, es decir cuando cada uno es capaz de poner sobre la mesa el por qué tiene un problema, cómo lo siente, cómo le afecta, cómo lo ve, qué propone y qué espera de su pareja.

Esto sólo se logra a través de la comunicación efectiva, siendo esta la comunicación que nos lleva a analizar la situación, a tomar decisiones y por supuesto, a poner en práctica las soluciones propuestas por ambos.

Hay que tener mucho cuidado, cuando el sexo es usado como la forma en la que se enfrentan los problemas, porque quizá, lo que estamos haciendo, no es enfrentando los problemas, quizá los estamos evadiendo, esto siempre va a generar una serie de fuertes contradicciones en cualquier relación.

Analicemos juntos este tema, a través de los siguientes diez aspectos, que hay que cuidar mucho, se trata de resolver problemas, pero cuidado si esperamos que estos se resuelvan solos en la cama.

Te invito a ver este link: https://rafaelramoscr.com/pareja/10-ejercicios-aprender-hablar-sexo-sin-temor/

Primero, sexo versus evasión

Hay parejas que experimentan una fuerte tensión interna, asociada a todos los temas pendientes, que surgen a partir de las diferencias normales, o que se dan a partir de las complicaciones individuales, que hacen de la vida en pareja una montaña rusa.

Cuanto estas diferencias, están en el aire, no se hablan, muchas veces se comete el error de pensar que como hicimos el amor, y se tuvo buen sexo, ya no es necesario hablar, porque durante el día casi no hablamos, pero en la noche nos encontramos entre besos y caricias.

Hay quienes creen, que de esta forma estamos bien, pero el tema no se habló, no se analizó, quedó ahí, pendiente, pero como hubo sexo evadimos hablar, esto siempre puede causar problemas.

De hecho, la evasión es la tierra fértil donde se cultiva y se alimenta la siguiente explosión de emociones, tristemente, como hay un cúmulo de tensión, la siguiente explosión tiende a ser más fuerte, porque hay muchos pendientes, siguen estando ahí, latentes, cultivando la incertidumbre, la tensión y el desánimo en una relación.

Te dejo este otro tema por acá: https://rafaelramoscr.com/pareja/tenes-una-vida-sexual-plena-creatividad-vs-monotonia/

 

Segundo, sexo versus silencio.

Hay momentos en los que las acciones de uno u otro en una pareja, les hace atravesar un mal momento, sea porque tienen un problema real, o porque el carácter de uno o ambos hace que exista una fuerte complicación.

Ante una complicación, alguno de los dos, o ambos:

  • Simplemente no hablan.
  • No se saludan de forma cordial.
  • Su comunicación es administrativa.
  • Hablan de los hijos, la plata o lo que va a pasar el fin de semana.
  • Ninguno de las dos toma la iniciativa para buscarse y dialogar.
  • El tiempo avanza, cada una en su trinchera, esperando que el otro u otra tome la iniciativa, pero esto no sucede.

Resulta que, con el paso de los días, en la convivencia, bajo las mismas sábanas, alguno de las dos toma la iniciativa de acercarse, a tocar el cuerpo de su pareja, ésta corresponde y tienen sexo.

Así desaparece el silencio después del orgasmo y volvemos a una curva de normalidad, donde se vuelve a incrementar el diálogo, la cercanía y el contacto físico, pero es un diálogo periférico, superficial que no toca temas de fondo.

Esto a su vez, se convierte nuevamente en el detonante silencioso de una próxima complicación, que puede llevarnos a discutir, después de creer que estábamos bien, pero no es así.

Pues evitar hablar de temas de fondo, es un problema, este silencio simplemente romper este parche de papel en una vasija de barro que tiene una fuga, pronto va a ceder, no va a aguantar la presión y nuevamente el agua va a empezar a salir, y es posible que esta vez salga con un sabor más amargo, más intenso, más fuerte porque no hay soluciones, pues no hay dialogo.

Tercero, sexo versus escucha.

Una relación requiere tener una amplia escucha, para entender que pasa en la cabeza del otro u otra, para que ambos puedan entender lo que se están haciendo, o lo que han dejado de hacer el uno por el otro.

Cuando una persona abre la boca, espera ser escuchado, escuchada, para captar la atención de la otra persona y abrir su corazón.

Todo esto con el objetivo de sacar lo que lleva por dentro, lo que le afecta, lo que le duele, procurando que la otra persona respete lo dicho, lo tome en cuenta y lo asuma para estar bien.

Pero cuando no se escucha, nuevamente aparece el silencio y el vacío, se cultiva  la tensión, la falta de escucha es un irrespeto al pensamiento y el sentimiento del otro u otra, cuando una persona se siente poco escuchada con el tiempo podría sentirse poco amada.

Como no hay escucha, se deja de hablar, cuidado, como nos tocamos, tuvimos sexo y un orgasmo, a veces creemos que ya estamos bien, pero no, muchas veces el sexo responde a necesidad física, a un acto automático en la vida de una relación, pero no necesariamente habla de fortalecimiento y sanidad emocional en la vida de una pareja.

Cuarto, sexo versus intimidad

El sexo en más que tocar un cuerpo, el sexo es más que excitarse y estimularse, en la vida de una pareja el sexo es una expresión de amor, que habla de un vínculo y la calidad del mismo.

Pero cuando en nuestra vida cotidiana, hay evasión, silencio, no hay escucha, la intimidad se pierde, porque las personas toman distancia ante la falta de estímulos positivos.

La intimidad sexual, muchas veces es el reflejo de la intimidad social, la intimidad comunicativa, la intimidad que se construye en el día a día que nos hace pensar en nuestra pareja, como un amigo, un amante, un compañero, una compañera de vida más que un cuerpo que me gusta o que me da placer.

Cuando en la vida de una pareja, por los problemas que se repiten una y otra vez, por los problemas que no se resuelven, se empieza a tomar distancia, cada vez hay menos encuentros para reírse, ser cariñosos, cálidos y cercanos.

Tarde o temprano el sexo pasa  de ser una muestra de afecto, a denotar una intimidad debilitada que ha creado distancias, que nos hace sentir que vivimos con un perfecto desconocido o desconocida.

Quinto, sexo versus exigencias.

Avanzamos un poco más en nuestro artículo, es momento de darse cuenta que cuando hay vacíos en la comunicación, cuando hay silencios profundos, cuando la escucha es deficiente y la intimidad afectiva cada vez es menor, porque la curva de problemas los ha llevado a hacer dos islas bajo el mismo techo, separados por un océano de emociones y situaciones en conflicto.

Frente a esto, alguno de los dos, o los dos, no son capaces de abrir su corazón, de modificar todas estas conductas que propician un clima de tensión, que causan desánimo y aburrimiento, es decir no hay cambios de actitud, por tanto las situaciones siguen siendo las mismas una y otra vez.

No abrís la boca, no prestás atención, tu pareja te pide cambios, seguís siendo la misma persona.

La realidad es una, todo es igual, no hacés nada, pero resulta que le exigís a tu pareja disponibilidad sexual, apertura sexual, le exigís frecuencia sexual, como si este proceso fuera automático, como que, si un ser humano pudiera funcionar a partir de los estímulos genitales, de esta forma se causan heridas profundas en el alma.

Si no sos capaz de tener la sensibilidad para darte cuenta que tu pareja está levantando la bandera de la escucha y la comprensión, por qué exigir sexo, entre más exijas, es posible que más sexo tengás, pero vas a dejar de hacer el amor, cuando una persona se deja llevar por las exigencias, tarde o temprano se bloquea, deja disfrutar y es posible que en el fondo te pueda dejar de amar, el sexo no se exige, la pasión se cultiva, el amor lo estimula y la intimidad lo sostiene.

Sexto, sexo versus buen trato.

¿Cómo funcionar con falta de delicadeza? ¿Cómo actuar con calidez? ¿Cómo sentir empatía y simpatía por tu pareja? ¿Cómo mantener activa la pasión? Si como resultado a todos los problemas no resueltos, la relación está mal, quebrantada de forma constante y frecuente es por cosas cómo estás:

  • Silencios indiferentes, que ante los intentos de comunicación de tu pareja son un profundo irrespeto.
  • Estos silencios largos denotan una animadversión de tu pareja, que anula la motivación.
  • Si vos, o ambos usan palabras hirientes, cargadas de rencor, expresiones de indiferencia, que se nutren del resentimiento, actitudes egoístas que no tiene mucho sentido ¿qué esperás que suceda?

Resulta que tu relación ha caído en esta espiral profunda, donde la evasión, el silencio, la falta de escucha, la indiferencia, han mal construido la intimidad y las exigencias han marcado el norte de tu relación, por tanto, actuás de forma fea, insensible, egoísta.

Te has dado cuenta de esto, quizá sos una persona irritable, complicada, explosiva, y esperás que tu pareja quiera devorar cada parte de tu cuerpo, con una entrega pasional infinita, no te parece absurdo.

Cómo esperás que tu vida sexual sea plena, si no has sido capaz de actuar con dulzura y buen trato, el maltrato siempre mata el amor, tarde o temprano, también matará la pasión, la atracción y el deseo.

Resulta que actúas feo y maltratás a tu pareja, y en la cama exigís como si estuvieses cuidando el alma de tu pareja como uno de los valores más preciados que vos tenés.

Cuando hay maltrato en la relación el sexo deja de tener sentido, exigir sexo, en este contexto a tu pareja está muy cercano a la agresión psicológica.

Sétimo, sexo versus detalles

Creo que habrás comprendido la propuesta de este artículo, la vida sexual es como un espiral puede ser positiva o negativa, repasemos los puntos importantes: actuás con evasión, silencio, indiferencia, exigencias, no has trabajado de forma consciente en la construcción de la intimidad, tu relación se caracteriza por malos tratos, ¿Tu relación es así? O al menos tiene parte de todo esto.

La lógica dice que, en este contexto, entonces vas por mal camino:

  • Si hay ausencia de detalles.
  • Si te olvidás de cultivar el amor.
  • Si no utilizás palabras positivas que resalten el atractivo de tu pareja.
  • Si no tenés detalles para las fechas importantes.
  • Si no tenés el detalle de sorprender a tu pareja con cosas sencillas que le hagan creer a tu pareja que todos los días estás ahí, dispuesto a dar lo mejor ¿qué esperás?

¡No tenés detalles y esperas que tu pareja se derrita por vos en la cama! No tenés detalles y esperás que tu pareja te desee 24 horas al día.

Sin detalles se percibe la indiferencia, ésta crea la frialdad, que le quita el sentido a la desnudez y nos distancia debajo de las sábanas.

Octavo, sexo versus desmotivación.

La vida en pareja se construye a partir de dos grandes bloques, lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, además de actitudes positivas o negativas, dependiendo de dónde te ubiqués, así vas a recoger la cosecha.

No hay otra fórmula para el amor, que no sea asociar acciones que procuren tener como objetivo que tu pareja te elija todos los días, como lo mejor que le ha pasado, para ello tenés que actuar bonito, esto siempre va a dar un saldo a favor.

Hay personas que con su accionar complicado, indiferente, evasivo, negativo, simplemente crean una desmotivación progresiva, que anulan los deseos para encontrarnos, porque la desmotivación se ha apoderado de la relación.

Cuando vos dejás temas pendientes, no hablás y ves a tu pareja como un cuerpo al que le exigís una reacción automática de excitación y de pasión, las personas se sienten como un objeto, y dejan de creer en el amor, en ese amor que vos profesás, pero que ni se ve, ni se siente. Dejá huellas profundas en el alma,  cultivá la motivación, para activar la pasión:

  • ¿Qué hacés vos para que tu pareja se sienta motivada?
  • ¿Qué hacés vos para que tu pareja te elija todos los días?
  • ¿Qué hacés vos para que tu pareja te vea como parte importante de tu felicidad?

Noveno, sexo versus delicadeza.

En toda relación, estamos obligados a hacer un esfuerzo enorme por propiciar y buscar crear un clima adecuado, por tanto, buscar el buen trato, la construcción de la intimidad, como hemos dicho, la escucha empática, la capacidad de proponer para resolver, la capacidad de no crear vacíos en el alma es fundamental en una relación.

Más allá de una caricia, se requiere una actitud de comprensión, que genere:

  • Motivación.
  • La delicadeza va más allá del beso profundo y pasional.
  • La delicadeza va más allá de una caricia suave.
  • La delicadeza va más allá del deseo, ésta tiene que generar motivación.
  • La delicadeza va más allá de lo erótico, es hacerle sentir a nuestra pareja que nos importa lo que piensa, lo que siente y que nos preocupamos por su corazón, sus sentimientos y su historia, tanto como por la pasión, el deseo y el amor.

El amor sin delicadeza no funciona debajo de las sábanas, la delicadeza construye la vida sexual funcional y rompe con el desencuentro ¿Cómo te auto evaluás en este sentido?

Décimo, sexo versus actitud de encuentro.

En definitiva, es mucho lo que podríamos decir con respecto a la vida sexual de una pareja, pero lo más importante creo yo, es que ambos construyan una actitud de encuentro que les permita con naturalidad, apertura y transparencia, saber que pueden contar con su pareja, para expresar lo que sienten, desean.

Una actitud de encuentro emocional hace posible hablar de sus fantasías, descargar sus emociones, para no construir resentimientos, llegar acuerdos que mantengan activa la pasión, mantener una constante estimulación de la relación, aparte de todos los detalles.

Una actitud de encuentro ayuda a que haya diálogos productivos que sanen las heridas del alma,

De esta forma el sexo se convierte en un reflejo de dos personas que se aman, que luchan y que procuran crecer juntos para sentirse bien.

El sexo es una responsabilidad de dos personas, que procuran ser una mejor versión de sí mismos, para que en su accionar conjunto, puedan propiciar siempre el mejor clima.

Cuando el sexo se usa para la reconciliación, en un campo cultivado en medio de la evasión, el silencio, el maltrato, la mala construcción de la intimidad, la desmotivación, la falta de detalles, esta experiencia sexual se convierte en una vida vacía, cargada de dolores y complejidades.

Una actitud de encuentro es la mejor forma de mantener sano el amor.

Un abrazo y nos vemos pronto.

 

Dr. Rafael Ramos

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Rafael Ramos

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