Estamos pasando por una situación.

Que nos obliga a desacelerar toda nuestra vida:

• Dejar de salir.
• Dejar de ver amigos.
• No exponernos.
• Modificar hábitos de trabajo.
• Dejar actividades.

En fin, todo cambió, lo que nos lleva a estar más tiempo en el hogar, dedicarnos más a nuestra familia, estar más tiempo en el techo que nos acoge todas las noches.

En estos días surgió una noticia, una preocupación, sobre la posibilidad del incremento en las estructuras de violencia intrafamiliar, precisamente por estar en casa.

Hoy nuestro reto es.

star más tiempo en casa, con tu pareja, hijos, hermanos, padres ¿Será tan complejo? Creo que no, lo que ocupamos es un “estar sereno, tranquilo y prudente”.

Un “estar en casa”

Que nos permita sentirnos acompañados, en medio de una crisis, todos sabemos que en toda familia hay momentos de tensión, desacuerdos, diferencias de criterio, pues todos tenemos diferente forma de ser, pero si le damos paso a la intolerancia, esto podría causar que una molestia, quizá enojo, lo transformemos en discusiones irracionales, por tanto, procurá manejar tu enojo, desde la reflexión y no desde la explosión.

• Hagamos uso del silencio, que nos permita canalizar aquellos momentos difíciles, que nos pueden hacer maltratar por un acto de impulsividad a los demás.
• Evitemos el consumo del alcohol.
• Respetá el ritmo de lo demás.
• Revisá si sos una persona intransigente y complicada, te toca a vos regularte.
• Sé paciente, prudente.

Estás en tu casa, estás con tu familia, estamos en una crisis mundial, donde nos hemos dado cuenta de nuestra fragilidad, y este podría ser un buen momento para entrar en tu corazón y sanar todas aquellas conductas, hábitos que te han convertido en una persona explosiva, reactiva, hiriente.

 

Hoy nos toca pasar más tiempo juntos

No debería preocuparnos este proceso, ni debería ser nada heroico.

Es una oportunidad para compartir, para reírnos, para hacer tonterías, para inventar juegos, no para tener miedo de estar todos bajo el mismo techo.

Este es un momento de reflexión, crecimiento, que puede llevarnos, si lo usamos para bien, a crear patrones de comunicación más prudentes, que nos pueden ayudar a manejar mejor las emociones, que nos pueden poner de frente a la necesidad de aprender a ser tolerantes, respetuosos, flexibles.

Estar en casa es ayudarnos todos.

Esto puede significar el inicio de una vida más armónica. Ahora si vos sos una persona que tiene problemas de carácter, respirá, vos podés controlarlo, administrá tus pensamientos, tus expresiones.

Vamos a estar todos bajo el mismo techo, como un acto heroico, que nos permita seguir adelante, hacer de esta crisis una oportunidad para convertirnos en una persona más calmada, serena y dejar atrás la violencia.

Hacé que luego de esta crisis, tus hijos añoren volver a estar con vos, porque sos una persona más sana, más expresiva. Esto es una oportunidad para cambiar, para que no tengamos miedo de tu presencia, ni de tus acciones.

Es una oportunidad para decir “que duro fue”, pero “que bien que la pasamos juntos”. Al final que se convierta en una experiencia constructiva, positiva y sana, va a depender de vos.

Dr. Rafael Ramos.

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Columna Ramos de Apoyo, tomado del Periódico la Teja.