A todos nos pasa, que cuando la vida nos sorprende con cambios, para los que no estamos preparados, la incertidumbre se apodera de nuestro corazón y a veces le genera mucha presión.

Este proceso hace que nos pongamos nostálgicos, nos cuesta mirar la salida, es normal, tener una visión oscura y que sintamos que caminamos a ciegas, hacia un puerto desconocido que nos puede asustar.

Pero quizá, si levantamos la mirada, nos vamos a dar cuenta que a nuestro alrededor está el rostro de las personas que amamos, el rostro de nuestros hijos, de nuestros padres, o de nuestros hermanos.

Ellos están ahí

Quizá no pueden solventar todas nuestras necesidades, pero un abrazo, una palabra cálida, una sonrisa. Ver a nuestros hijos jugar, nos puede reconfortar, para conectarnos con la esperanza y renovar nuestras fuerzas, para luchar en momentos de crisis y salir adelante.

No se trata de ser un hombre o una mujer de acero, se trata de ser profundamente humanos, auténticos, serenos, seguros de que vamos a estar bien.

Conectados con todo lo que sentimos

Aferrados a nuestra fe, pero a la vez extendiendo la mano para aceptar ayuda. Abriendo la boca para decirle a los demás “te necesito”, con humildad, apertura.

Esto también implica que todos tengamos la sensibilidad de mirar a nuestro alrededor, y reconocer las necesidades de quienes están ahí, en el día a día de nuestra vida, y que no necesitamos que nos pidan algo, para tener una acción reparadora, un acto solidario que nos llene de esperanza a todos y todas.

 

Que el miedo no te gane

• Tenés a todos los que te aman.
• Tenés tu voluntad.
• Tenés tus virtudes.
• Tené tus capacidades y tus conocimientos.

Recordá, aunque a veces el mar es muy picado, las olas nos parecen gigantescas, el viento es fuerte, la oscuridad es profunda, vamos a encontrar una salida.

Vamos a encontrar nuevamente razones para sonreír, y nos vamos a llenar de esperanza.

Saldremos fortalecidos de esta crisis

Sorprendidos de lo que fuimos capaces de hacer, además rodeados de personas que auténticamente nos amaron, nos sostuvieron, que siempre estuvieron ahí a nuestro lado, así que el miedo no te gane. Dale paso al amor, esa es la clave

 

Dr. Rafael Ramos.

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Columna Ramos de Apoyo, tomado del Periódico la Teja.