La obesidad es una enfermedad crónica que viene afectando a muchos menores de edad y lamentablemente en la sociedad se va volviendo más común este tipo padecimiento.

“Aquí lo preocupante es el término de “mal nutrición”, porque entonces significa que el niño, por el peso que tiene, no se está alimentando de la manera adecuada. Porque muchas veces, decimos que mi hijo tiene obesidad, que está enfermo y tiene que bajar de peso, pero no necesariamente”, recalcó la Nutricionista Pediátrica Katherine Ash.

Hoy en día las familias, no son capaces de detectar esta problemática, ya que algunos consideran que es parte del crecimiento, o bien por genética, es creer que el niño tiene más peso de lo normal.

Según Ash, “lo que nosotros debemos asegurarnos es que el niño tenga un desarrollo adecuado y tenga todo el aporte en nutrientes necesarios”.

Es importante mencionar que para determinar la enfermedad de la obesidad, existe una medición corporal llamada Índice de Masa Corporal (IMC). Es decir, este se calcula utilizando la estatura y el peso.

Cabe mencionar, si el IMC de un niño es superior al 85% (85 de 100) de otros niños de su edad y sexo, se considera en riesgo de tener sobrepeso. Asimismo, si el IMC de un niño es superior al 95% (95 de 100) de otros niños de su edad y sexo, se considera que tiene sobrepeso u obesidad.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), mencionó que algunas causas que promueven la obesidad infantil son: el consumo de alimentos con niveles de azúcar, grasas trans y sal, bebidas azucaradas que son muy fáciles de adquirir, por su bajo costo y su promoción en medios masivos.

Errores en la alimentación

Dietas restrictivas o drásticas

“Si hacemos una dieta restrictiva, esto puede comprometer el crecimiento. Yo no puedo hacer restricciones, yo podría mejorar hábitos y fomentar la actividad física”.

La falta de tiempo

“Algunos padres, no cuentan con tiempo, para preparar comidas nutricionales y esto puede ser uno de los factores negativos ante el aumento de peso en los menores”.

Recomendaciones

La experta recomienda los siguientes hábitos:

1-Visitar a un nutricionista, pero específicamente pediátrico, por su tipo de enfoque.

2-No poner a los niños en dietas restrictivas.

3-No categorizar si los alimentos son buenos o malos, para cuidar la relación con las comidas.

4-Tratar de involucrar a los menores en la cocina o en la compra de alimentos para que ellos mejoren poco a poco sus hábitos.